jueves, 12 de marzo de 2009

Un obsequio

Cuando conocimos a Liz en una reunión de manualidades, nuestra primera impresión fue de "esta tía está atacada", pues su natural es espetar su parecer y defiende su opinión, más si los ánimos suben de tono. Pero como a cualquiera, es cuestión de conocer a nuestro prójimo.

Mérida es un pañuelo. Quién iba a pensar que yo conocí a Liz cuando ambas éramos unas rapasuelas y yo asistí a un cumpleaños, tal vez de ella, tal vez de su hermanito, y que sus progenitores son amigos y conocidos de mi familia. Y no fue sino hasta hace algunos meses que formalmente somos amigas.

Y Liz se hizo su lugar dentro de las reuniones scrapbukeras a las que somos asiduas y se ha destacado tanto por su conocimiento en la distracción que tenemos en común, como por su espíritu de camaradería en nuestras tertulias.

Tal vez no congeniamos enseguida, pero como dije anteriormente, hay que convivir para conocer a la gente. Tanto Lida como yo nunca hemos hecho nada por Liz, y sin embargo ella no ha hecho más que llenarnos con sus atenciones. Prueba de ello es este bello estuche para lentes que hace unos días me obsequió y que trae impreso mi tema favorito: gatos.


¡Si hasta ganas me dan de usar mis lentes más seguido!

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